Calanche Belen

Caracas (1915-2002) Madre, abuela, y bisabuela. Su vida transcurrió en el otrora apacible mundo de una ciudad pequeña y provinciana de mediados y finales del siglo XX. Su educación la preparó para desempeñar brillantemente todas aquellas tareas de un ama de casa. Esto quiere decir, habilidad para hacer de los lugares donde habitaba, verdaderos hogares, más allá de las condiciones sociales y políticas que le tocara vivir. Su fuerte personalidad hacía que todo en su casa tuviera su sello, no obstante, lograba un clima especial de serenidad que dejaba lugar para que otros pudieran vivir, desarrollarse y seguir cobijados. Parecía que conseguía esta atmósfera sin esfuerzo, que las atenciones, los mimos y cuidados, surgían sin premeditación. Transformaba todo lo que tocaba en deleite para los ojos y las paladares. Y, sobre todo, su maternidad, la tarea más importante de su vida, le permitía transmitir de una manera natural, sus conocimientos de escritores, poetas y personajes, mezclados todos como si de parientes se tratara, Cyrano de Bergerac, Andrés Mata, Rosario Sansores, Federico García Lorca o Gustavo Adolfo Becquer. Por esta manera de «vivir» sus lecturas, también era una excelente «contadora de cuentos», no solo relataba la historia sino que la actuaba.